El 63% de los asesores recomienda a los pequeños negocios adaptarse cuanto antes a las normativas de facturación, para evitar sanciones y eliminar cargas administrativas, según el Barómetro de la Asesoría 2025.
Los asesores fiscales y contables vuelven a encender las alarmas sobre uno de los grandes retos inmediatos para pymes, autónomos y microempresas: los cambios legales en materia de facturación.
Según la cuarta edición del Barómetro de la Asesoría 2025 de Wolters Kluwer, el 63% de los despachos profesionales ya recomienda a sus clientes anticiparse a estas modificaciones, aunque más de la mitad (55%) reconoce que la mayoría de los pequeños negocios todavía no están listos para adaptarse.
El informe, que mide la evolución de la profesión, subraya que la transformación tecnológica y la entrada en vigor de normativas como el Reglamento de Sistemas Informáticos de Facturación –derivado de la Ley Antifraude– y el futuro Reglamento de Facturación Electrónica de la Ley Crea y Crece van a exigir a miles de pymes y autónomos acelerar su digitalización para no quedarse atrás.
La digitalización avanza, pero es una tarea pendiente para los pequeños negocios
El 82% de los asesores ya conoce estas normativas, lo que supone nueve puntos más que en 2024, pero sólo el 42% identifica con claridad las diferencias entre ambas leyes. Este dato muestra hasta qué punto la complejidad técnica puede poner en riesgo la correcta implantación de los nuevos sistemas de facturación, sobre todo entre negocios con estructuras mínimas.
Los profesionales consultados en el estudio recomendaron “utilizar un software de facturación cuanto antes para cumplir con las nuevas obligaciones”. Sin embargo, la madurez digital de la mayoría de los clientes sigue siendo baja: casi el 40% de las pymes aún realiza gestiones manuales y sólo el 6% trabaja plenamente en la nube.
El barómetro confirma que el sector de la asesoría ha reforzado su papel como consultor estratégico, pero advierte de que la transformación tecnológica sigue siendo el reto principal para el 62% de los despachos. De hecho, el 71% ya ha optado por implantar soluciones de software, especialmente en nómina, contabilidad y firma electrónica, y ahora ponen el foco en la facturación como siguiente paso.
“La Administración empuja hacia la digitalización, pero muchos autónomos siguen viendo la factura electrónica como algo lejano o innecesario. Esto es un riesgo porque la normativa es clara: no cumplir supondrá sanciones y una mayor carga administrativa”, advirtió Ion Tamayo, socio de Asygem Consultoría, en el propio informe.
La facturación electrónica permitirá a los despachos centrarse en en la asesoría estratégica
Para hacer frente a esta transformación, los despachos se ven obligados a reinventarse: el 57% prevé centrar cada vez más su actividad en asesorar de forma estratégica, no solo en gestionar impuestos o nóminas. La adopción de tecnología en la nube (ya utilizada por el 48% de las asesorías) y la automatización de procesos están permitiendo liberar tiempo, para reforzar su papel como socio clave de las pequeñas empresas.
Aun así, la relación con la Administración Pública sigue marcada por un aumento de la carga de trabajo: el 80% de los despachos señala que las nuevas obligaciones normativas se traducen en más gestiones y controles.
La digitalización también implica un cambio de mentalidad
Aunque la mayoría de los asesores ya aconsejan a sus clientes anticiparse a la obligatoriedad de las novedades en facturación electrónica, el gran reto continua siendo la ejecución. El informe resalta que la adaptación técnica y la formación de los pequeños negocios determinarán si cumplen los plazos sin problemas.
Mientras tanto, desde el sector se insiste en la necesidad de dotar a las pymes de recursos y herramientas ágiles. “No se trata solo de tecnología, sino de un cambio de mentalidad: quien vea la digitalización como coste y no como inversión se quedará atrás”, recordó Tomàs Font, vicepresidente de Wolters Kluwer Tax & Accounting Europe South Region.
Fuente: Autónomos y Emprendedores